Cuando hablo de Rafa Nadal, me faltan adjetivos que se me vengan a la cabeza para poder definir la admiración que siento por el tenista. Es más, no puedo ver ciertos partidos porque es como si el que estuviera en la pista fuera mi hermano o alguien muy cercano y, no soporto tanta tensión. Pero eso no solo me pasa a mí, son muchos los que sienten “El efecto Rafa Nadal

No sólo es probablemente el mejor tenista de la historia. Nadal ha conseguido ir más allá de los grandes ídolos del deporte, y ha pasado a ser todo un emblema del que deberíamos aprender cuando tenemos que hablar de fortaleza mental. Y precisamente por eso, es por lo que hablar de Nadal es mencionar algo mucho más grande, que va más allá del deporte.

Un día estaba viendo un reportaje en televisión y vi el recibimiento que le hacían a Nadal cuando llegaba a China. Sentí un orgullo tremendo porque la gente no solo se rendía ante el mayor deportista que ha tenido España, sino que las miradas de admiración de los que estaban allí, iban más allá de lo que es el deporte. Son las miradas que se le echan a esos ídolos que significan algo especial en nuestra vida, y que nos sirven de guía e inspiración en los momentos en los que necesitamos algo a lo que aferrarnos.

Porque de eso se trata, de su fortaleza.

14 veces ganador del Roland Garros… Y con cojera

Ayer justo, conseguía su trofeo número 14 del grand slam por excelencia de la tierra batida del tenis. Como no podía ser de otra forma, las portadas de los periódicos de todo el mundo se rendían a los pies de un campeón, del que hace unos días todo el mundo dudaba que pudiera seguir jugando debido a los dolores constantes que le produce una lesión incurable en su pie izquierdo.

Esta mañana escuchaba sus declaraciones en una entrevista y decía que se acordaba de “todas las personas que le habían ayudado…” y yo me preguntaba al oírle, si él es consciente de a cuántas personas ha ayudado él en todo el mundo, sirviéndoles de inspiración en momentos complicados, y no precisamente de situaciones relacionadas con el deporte.

Cuando uno siente que las cosas no le van bien, cualquier persona que no sea Nadal tiende a sentirse frustrado. Sobre todo, le resulta difícil mantener la cabeza clara y seguir centrado en lo importante para no perder el foco, consiguiendo abstraerse de lo que hay alrededor. Es capaz de concentrarse en el presente, el aquí y el ahora. Es una capacidad digna de admiración, que tienen pocos mortales, al menos de los que yo conozco, y que no solo es una cualidad necesaria para el deporte, sino para nuestra vida en general.

Estamos habituados a ver que es capaz, no solo de aguantar las peores situaciones sin perder la compostura, sino también de reponerse y en muchas ocasiones darle la vuelta a la tortilla, conseguir sacar fuerza de flaquezas y ganar a su adversario, que casi siempre se queda tan sorprendido y descolocado, que tarda en comprender lo que ha pasado.

Ni que decir tiene que todo eso se queda corto cuando se trata de aguantar el dolor.  El ser humano está preparado para no forzarse cuando siente alguna molestia, y él, no solo es capaz de hacerlo, sino que se fuerza al máximo, todo lo que le permite su cuerpo. Tiene una poderosa capacidad para reponerse de las adversidades, con el máximo sacrificio físico o mental.

Hoy salían las imágenes de lo que estaban haciendo ayer tanto él como “Casper Ruud” cuando estaban esperando para salir a jugar a pista. Mientras que el segundo estaba de pie y con la raqueta en la mano, un imparable Rafa Nadal”, no dejaba de hacer ejercicios para medir su pie y seguir calentando antes del partido.

Todos sabemos que “El conocimiento y las habilidades suman, pero la actitud multiplica”, y desde luego, de esto último tiene Nadal de sobra.

Y la otra cualidad que le convierte en una persona grande, es su humildad. La autocrítica, esa poco frecuente habilidad que es imprescindible para seguir mejorando, para asumir las carencias y que nos hace capaces de abrir nuestras mentes para ser un poquito mejores cada día, absorbiendo aprendizajes como esponjas.

Prueba de ello son las palabras que también ha mencionado en la entrevista de esta mañana: “Si uno no tiene dudas en la vida en general, es porque es un profundo arrogante…”

Seguramente también tú has admirado “El efecto Rafa Nadal”, que no es otro que el que hace que todo el mundo esté cautivado por esa mente poderosa que va mucho más allá de ser el mejor tenista de la historia… Es la grandeza del más grande.