No sé si eres un gran aficionado al futbol, personalmente nunca he conseguido entender por qué tanta gente corre detrás de un balón, pero me encantan las historias humanas, y si encima se pueden aplicar a la empresa, todavía más. Alberto Edjogo nos habla sobre su libro y nos cuenta en primera persona todo lo que aprendió del futbol y de África y que tanto le han servido para triunfar en su vida profesional.
Tengo la suerte de trabajar con Alberto Edjogo. Si hay una palabra que le define es la humildad, que resulta un tanto chocante en una persona con una vida pública como la suya. Yo no le conocía de nada cuando empezó a formar parte del equipo de Fasse Group. Cuando vas con él por la calle, hay un montón de personas a las que le gusta el futbol, que le van parando porque le reconocen de verle por la tele. Ha sacado un libro que, aunque parece que está centrado en el futbol, habla de historias totalmente humanas, de África y de grandes aprendizajes aplicables a la vida en general y al mundo de los negocios especialmente.
Le han entrevistado en muchos medios y cadenas de televisión, y no podíamos dejar pasar la oportunidad de hacerlo en nuestro blog, teniéndolo tan cerca y siendo como es, parte activa de nuestro proyecto.
P. ¿Cuáles son para ti los principales valores que se pueden trasladar del futbol a la empresa?
R. Son muchos. En primer lugar, el establecimiento de objetivos. Siempre hay micro objetivos que te ayudan a estar atento y preparado: ganar el próximo partido, entrenar con intensidad, bajar tu marca personal en atletismo o natación.
En segundo lugar la adaptabilidad al entorno. Todo es cambiante en el deporte. Puedes tener un mal día, puede llover… Y todo eso es algo que tienes que asumir y aprender a gestionarlo en tu día a día.
Tienes que tener la capacidad de trabajar en equipo, y más en un deporte como el futbol. Aquí no se trata sólo de ti, se trata de tu desempeño, pero necesitas el del resto de tus compañeros y lidiar con todo ello en momentos de mucha tensión.
La tolerancia a la frustración, otro valor importantísimo. La gente que no está habituada a competir, cuando llega al mundo de la empresa, muchas veces no está preparada para darse cuenta de que las cosas no siempre salen como tú quieres o tenías previsto, pero si ya han realizado algún tipo de deporte, están acostumbrados a vivir con eso y lo llevan mucho mejor.
Yo lo digo mucho cuando hablo con jugadores, que a convertirse en millonarios con el futbol llegan muy pocos, pero todos esos valores que están interiorizando, que los aprovechen como una etapa en la vida, que les va a ser muy útil para el futuro.
P. En el libro narras historias de éxito en contextos complicados. ¿Hay algún denominador común a todos esos casos?
R. La dificultad del entorno. En el libro hablamos de los países africanos, hay 55 países con realidades complejas, y en las historias que comento en el libro, hablo de futbolistas que son estrellas en Europa, y tienen que volver a África a cumplir con una misión, en un contexto que no tiene nada que ver con el que ya conocen. Es tan cambiante, se encuentran con una dificultad tan diferente a su realidad, que requiere mucha capacidad de adaptación y estar preparado para que todo eso no te influya.
No se le puede pedir a un chico que ha nacido en una familia desestructurada y con dificultades para incluso comer, que tenga los mismos comportamientos que alguien que tiene todas esas cosas básicas garantizadas. Esa es la realidad, pero no afecta a los valores, que no tienen porque ser mejores ni peores, esos dependen únicamente de las personas.
P. Tu otra faceta es la de dedicarte al mundo de la empresa y de la formación ¿Hay tiempo para formarse cuando uno está centrado en su carrera deportiva?
R. Yo me he dedicado el futbol profesional y lo he hecho, pero es cierto que no es fácil si no te organizas bien el tiempo. Es un tema de prioridades. Yo he tenido muchas discusiones con compañeros míos a los que les decía que el día tiene 24 horas, y que si te planificas bien los entrenamientos, luego tienes mucho tiempo para estudiar o jugar a la los videojuegos. Al final eres tú el que eliges lo que haces con tu tiempo.
También depende mucho del tipo de deporte, todo lo que exija un alto coste para practicarlo, lo hacen personas con un estilo de vida más acomodado, pero el futbol es el deporte de la calle. Cada vez hay más niños y afortunadamente niñas, que lo practican. Y tu carrera profesional llega hasta los 35 años en el mejor de los casos, y a partir de ahí, o tienes una formación o lo vas a tener complicado para labrarte una carrera profesional.
“El futbol es el deporte de la calle. Cada vez hay más niños, y afortunadamente niñas…”.
P. ¿Es difícil compaginar el mundo del deporte, la comunicación y la consultoría a empresas?
R. Nuevamente se trata de ser consciente de cuánto esfuerzo puedes dedicar a cada cosa, y lo que hagas, debes hacerlo bien. Prefiero hacer dos cosas únicamente, pero bien hechas, que 5 que se queden en regular. Intento estar muy alerta para evitar que baje la calidad de lo que hago. Que me sienta bien con el resultado de cada una de las tareas que tengo que hacer. Si en algún momento viera que no doy abasto, me lo tendría que replantear.
P. Indomable. ¿Por qué ese título?
R. Porque el libro se compone de historias. Algunas de ellas de carácter personal, con vivencias que yo extraigo de cuando me tocaba ir a jugar al futbol para representar a Guinea Ecuatorial, y otras historias hablan de estrellas del futbol africano, que tienen relación con sus países y han ayudado socialmente a esa población.
Poniendo todas esas historias juntas, me di cuenta de que había un denominador común y es la capacidad que tiene el pueblo africano de rebelarse, de no aceptar cualquier injusticia.
Ese rebelarse contra la adversidad cuando la cosa se pone más cruda, es lo que ha dado lugar al título de “Indomable”.
P. ¿Cuál fue la parte que más te emocionó al escribir este libro?
R. Yo nací en España porque mi padre vino aquí desde Guinea con una beca, hizo sus carreras, conoció a mi madre y creó a su familia que sacó adelante sin problemas. Con 17 años, más o menos, contactaron conmigo y me propusieron ir a jugar a la selección de fútbol guineana, porque no tenían jugadores. Aquel viaje me impactó mucho.
Mi padre pertenecía a una familia de 8 hermanos y uno de mis primos fue a verme cuando llegué. Estaba conmigo y vi que iba sin zapatos, le pregunté qué había hecho con ellos, si los había perdido o se los había dejado en algún sitio. Me contestó que iba descalzo porque los zapatos que tenía se le habían quedado pequeños.
En ese momento me di cuenta de la inmensa suerte que había tenido. Que gracias a la decisión (y la suerte) de mi padre, que fue el único de los hermanos que se vino a España y pudo estudiar para labrarse un futuro, yo he tenido muchas más oportunidades. Lo fácil por probabilidades hubiera sido que hubiera estado yo en el lugar de mi primo.
Aquella experiencia a día de hoy todavía me emociona y, sobre todo, me ha hecho afrontar cada situación con la máxima humildad posible.
P. Tú que te dedicas a comunicar y hablar en público, ¿cuáles son los principales errores que detectas?
R. Yo detecto varios. Por orden de importancia, el que más he notado es el de empezar un argumento o una frase sin saber cómo va a terminar. Lanzarse a hablar sin tener claro dónde quiero ir y esto hace que se llenen los discursos de palabras vacías en muchas ocasiones.
Otro muy habitual es no utilizar la comunicación no verbal para acompañar a tu discurso. Hoy en día que vamos con tanta prisa, hay que intentar contar las 3 ó 4 ideas clave, poner énfasis y acompañarlo con coherencia para que la gente te preste atención y se quede con lo principal.
Y el último de los fallos más comunes es no tener un vocabulario rico. No me gusta cuando veo a algún político, u oigo algún discurso institucional, y la persona no tiene la capacidad lingüística para transmitir lo que quiere porque le falta ese vocabulario.
P. A quién recomendarías que leyera este libro especialmente:
R. Especialmente a todos aquellos a los que les guste la historia y la han aprendido desde un punto de vista sesgado. Si coges un mapamundi te das cuenta de que, lo primero de todo, Europa y América están por encima de África, y es un buen momento para reflexionar y preguntarse ¿Por qué?
La otra cosa de la que te das cuenta es que no está a escala 1:1. África es mucho más grande que Europa, por ejemplo, aunque normalmente no aparece así.
Y nos han contado que los países europeos fueron a instruir a otros países que estaban “asalvajados”, pero no nos cuentan la historia desde el otro punto de vista, el de los países que fueron colonizados
Y por supuesto a todos aquellos a los que les guste el futbol.
P. No lo defines entonces como un libro sobre futbol.
R. Para nada. Es un libro que aprovecha el futbol para contar historias humanas. El futbol es el hilo conductor, pero al final la gente me agradece esa parte de la historia más humana
Profesores que me han escrito diciendo que han cogido parte de las historias del libro para para explicar en clase lo que ocurrió… Y eso te hace sentir muy bien.
P. Si tuvieras que definir “Indomable” en una frase. ¿Cuál sería?
R. “Un viaje al corazón histórico de África”. Es un libro que te puedes leer por partes, puedes elegir las historias y hacer ese viaje, transportarte allí.
P. ¿En cuantos idiomas está traducido?
R. De momento en Español y se está traduciendo al japonés. Queríamos sacarlo también en Francés y en Inglés, pero con la pandemia hemos tenido que pararlo un poco.
Para mí ha sido una suerte poder charlar con Alberto Edjogo desde esta faceta. Al final con tus compañeros compartes muchas cosas, pero no siempre tienes conversaciones tan profundas. Lo decía al principio, si hay una palabra que le define es la humildad. Y corroboro que la utiliza también en su vida personal.
No dejes de leer este apasionante viaje por África, y por el afán de superación que comparten todas sus historias.